Calidad de ambientes interiores y legionella
Síndrome del Edificio Enfermo
Es sabido por todos que el personal que trabaja en los edificios inteligentes a menudo sufre problemas de salud. Por ejemplo, alergias, sequedad de las mucosas, dolores de cabeza… A esto se le denomina el Síndrome del Edificio Enfermo (llamado en inglés, Sick Building Syndrome o SBS).
Al Síndrome del Edificio Enfermo no se le considera como una enfermedad del edificio, sino del conjunto de enfermedades sufridas por los ocupantes. También pueden ser provocadas por la contaminación del aire en los espacios. Si quiere considerarse un SBS, deben estar afectados un 20% de los ocupantes como mínimo. No obstante, también pueden aparecer diversos síntomas que pueden ser físicos, distintos o psicológicos. Esto puede depender del origen del SBS en cada uno de los casos y normalmente suelen desaparecer los síntomas al abandonar el edificio.
Suele darse con mayor frecuencia en los edificios de climatización automática. A la hora de evaluar la calidad de aire del interior de un edificio, hay que tener en cuenta la presencia de agentes físicos, químicos, biológicos o ergonómicos. Factores psicosociales como el estrés laboral o el ruido importan en la aparición del SBS y debe ser tomado en cuenta para su correcto diagnóstico.
Lo más importante en el Síndrome del Edificio Enfermo es la prevención. Si se quieren disminuir las probabilidades de su aparición, debe cuidarse especialmente el diseño del edificio, su mantenimiento y las necesidades de remodelación. La ventilación, la calidad del aire, el mobiliario, el ambiente de trabajo o la calidad de las relaciones son cruciales para prevenir enfermedades.
Legionella
En lo que se refiere a la Legionella, es una enfermedad abundante en lagos y arroyos que guarda relación con el SBS, al desarrollarse también en instalaciones de edificios. Esta enfermedad es la responsable de las infecciones en humanos y el origen del 10% de los casos de neumonía, llegando a afectar mayoritariamente a: personas de 50 años en adelante, fumadores y ex-fumadores, personas diagnosticadas de enfermedad pulmonar crónica o aquellas con un sistema inmunitario debilitado o cuyos medicamentos los debilitan.
Antibióticos como fluoroquinolonas, macrólidos o doxiciclina son eficaces a la hora de combatir contra la infección al comienzo del tratamiento.
Se puede prevenir tanto en lugares exteriores como en el hogar:
En lugares exteriores: evitar estancamientos de agua, con un diseño adecuado de las instalaciones, eliminar o reducir la suciedad mediante un programa de mantenimiento e impedir la proliferación y supervivencia de la bacteria mediante una desinfección constante junto con el control de temperatura.
En el hogar: si empleas grifos, duchas u otros posibles elementos de distribución de agua. mantenlos siempre muy limpios y acostúmbrate a purgar los grifos que apenas se utilicen, una vez a la semana.